Este es uno de esos temas que en su momento venía a mí una y otra vez, cuando vivía en Madrid. ¿Constelaciones familiares? ¿Y eso qué es?
Parecía que yo era la única que no me había enterado, ya que todo el mundo había estado en alguna: o bien constelando, y bien acompañando a otra persona.
Recibí demasiados inputs en muy poco tiempo.
Y eso nunca es casualidad.
Una amiga, profesora de Contabilidad en una universidad, me comentó cómo gracias al libro “Este dolor no es mío” del psicólogo Mark Wolynn había conseguido dejar de sufrir, ya que había sanado la relación con su madre, a la que había enterrado antes de que falleciera.
Había demasiado dolor ahí, acumulado durante muchísimos años.
Ahora era capaz de mirarla con compasión, y la había perdonado.
Este hecho, a su vez, permitió que su hija se liberara de una losa muy pesada; algo que para ella era un motivo de sufrimiento constante: un miedo a la pobreza que su madre no sabía de dónde venía, porque era algo que nunca había experimentado al haberse criado con todas las comodidades. Y no creas que se trataba de un pensamiento fugaz, ya que esta joven estaba en tratamiento psicológico debido a este tema.
El miedo no la dejaba vivir. Pero un día, cuando su madre arregló el nudo emocional que tenía pendiente, se fue.
Yo seguía sin entender muy bien la dinámica de las constelaciones. ¿Cómo era posible que una persona tuviera una mala relación con el dinero, o que desarrollara una enfermedad, por una situación que se había vivido en su familia antes de que llegara a este mundo?
No puedo detenerme aquí a hablarte del trabajo del Dr. Hamer y de la Nueva Medicina Germánica, pero volveré sobre este tema.
Entretanto, voy a dejarte este vídeo del podcast Antifrágil en el que el Dr. David Duarte explica, entre otras cosas, por qué el rol que hemos asumido en la jerarquía o sistema familiar determina el tipo de pareja hacia el que nos sentimos atraídos.
Espero que te ayude a entenderte mejor.